JOSÉ EMILIO PACHECO
INMEMORIAL
El
misterioso día / se acaba con las cosas que no devuelve /
Nunca
nadie podrá reconstruir / lo que pasó ni siquiera en este /
más
cotidiano de los mansos días / Minuto enigma irrepetible /
Quedará
tal vez / una sombra una mancha en la pared /
vagos
vestigios de ceniza en el aire / Pues de otro
modo
qué condenación / nos ataría a la memora por siempre /
Vueltas
y vueltas en derredor de instantes vacíos /
Despójate
del día de hoy para seguir ignorando y viviendo.[*]
Uno de los grandes hombres
de letras de nuestra época cultivó la poesía y fue un notable ensayista
mexicano. Nació en Ciudad de México en 1939 y fallece el domingo 26 de enero de
2014.
Llega al cenit de su
trayectoria siendo muy joven aún, en el ámbito cultural mexicano gracias a sus
habilidades y dominio de las formas clásicas y modernas ubicando su poesía en
la corriente universal.
Destacó también como
traductor, participando como director y editor de colecciones bibliográficas,
variadas y diversas publicaciones, suplementos culturales, fue docente
universitario e investigador en diversas instituciones de gobierno.
Tiene una gran colección de
méritos, se cuentan: Premio Nacional de Poesía, Premio Nacional de
Periodismo Literario, Premio Xavier Villaurrutia, Premio Magda Donato, Premio
José Asunción Silva en 1996, el Premio Octavio Paz en el año
2003, el Premio Federico García Lorca 2005, el Premio Iberoamericano
de Poesía Pablo Neruda en 2004, la XVIII edición del Premio Reina Sofía
de Poesía Iberoamericana en 2009 y el Premio Cervantes en 2009.
En su obra poética son
relevantes: –Los elementos de la noche– en 1963, –El reposo del fuego– en
1966, –No me preguntes cómo pasa el tiempo– en 1969, –Irás y no volverás–
en 1973, –Islas a la deriva– en 1976, –Desde entonces– en
1980, –Trabajos en el mar– en 1983, y –El
silencio de la luna– poemas de 1985 1996.[1]
José Emilio
Pacheco y los jóvenes / Ensayo de Elena Poniatowska
Los jóvenes se
arrodillan ante José Emilio Pacheco. “Alta traición” es objeto de culto y lo
saben de memoria. El poeta José Emilio pide perdón, se echa para atrás, dice
que no, que por favor, que no es para tanto, que le falta, que no es nada, que
todos nos vamos a morir. Los jóvenes lo buscan para abrazarlo y afirmarle que
lo adoran. Confuso, José Emilio responde que “algo se está quebrando en todas
partes. Se agrieta nuestra edad”. Les advierte que no van a durar y que “sobre
su rostro/crecerá otra cara”.
Los jóvenes que
todavía viven sus recuerdos de infancia se encuentran a sí mismos en El
viento distante, El principio del placer, Las batallas en el desierto y
hasta en la colonia Condesa de Morirás lejos y le brindan al novelista y al
cuentista un testimonio de gratitud interminable.
Es raro sentir gratitud
por un escritor vivo pero José Emilio reúne todas las devociones. Cuando el
niño Carlos de Las batallas en el desierto confiesa: “Nunca pensé que la madre
de Jim fuera tan joven, tan elegante y sobre todo tan hermosa. No supe qué
decirle. No puedo describir lo que sentí cuando ella me dio la mano”, los
lectores reviven el tormento de su primer amor. Lo mismo sucede con los cuentos
de La sangre de Medusa escritos
de 1956 a 1984. José Emilio toca fibras en las que se reconocen, en las que tú
y él y yo, ustedes y nosotros nos identificamos. Al leerlo, cada quién escribe
de nuevo “Tarde o temprano”. Lo suyo es nuestro. Hacemos el libro con él, somos
su parte, nos convierte en autores, nos refleja, nos toma en cuenta, nos
completa, nos quita lo manco, lo cojo, lo tuerto, lo bisoño. Le debemos a él
ser lectores, por lo tanto le debemos a él la vida.
Según él, los amores
verdaderamente desdichados, los amores terribles son los de los niños porque no
tienen ninguna esperanza. “En cualquier otra época de tu vida puedes tener
alguna mínima posibilidad de reunirte con la persona que amas, pero cuando eres
niño tu historia de amor no tiene porvenir.”
Desde Las batallas en el desierto José
Emilio se manifiesta en contra de la nostalgia. Nos lo dice en la última página.
“Demolieron la escuela, demolieron el edificio de Mariana, demolieron mi casa,
demolieron la colonia Roma. Se acabó esa ciudad. Terminó aquel país. No hay
memoria del México de aquellos años. Y a nadie le importa: de ese horror, quién
puede tener nostalgia. Todo pasó como pasan los discos en la sinfonola. Nunca
sabré si aún vive Mariana. Si viviera tendría sesenta años.” José Emilio
cree en la memoria, a la nostalgia la repudia.
Alta
traición
No
amo mi patria.
Su
fulgor abstracto
es
inasible.
Pero
(aunque suene mal)
daría
la vida
por
diez lugares suyos,
cierta
gente,
puertos,
bosques de pinos,
fortalezas,
una
ciudad deshecha,
gris,
monstruosa,
varias
figuras de su historia,
montañas
-y
tres o cuatro ríos.
José
Emilio Pacheco
De
"Islas a la deriva, 1973-1975
“EL YO SE VUELVE TÚ”
Los jóvenes lo quieren porque crea en
torno suyo un ambiente fraterno. No habla desde el podio, no discurre,
pregunta. Se dirige en tono familiar al que tiene enfrente, casi de inmediato
entra en contacto, contigo, conmigo. Los jóvenes saben que ha tenido la
generosidad de decir que “todo lo escribimos entre todos” así como su admirado
Alfonso Reyes lo antecedió diciendo que “todo lo sabemos entre todos”, porque
su lenguaje es desnudo y nos desnuda, porque leerlo les ofrece la posibilidad
de no sentirse solos, pero también de no hacer concesiones, de no incurrir en
lo fácil, de no caer en la rutina, de mantener un espíritu alerta y bien
informado. Los jóvenes lo quieren porque los invita, se pone en su lugar,
generaciones vienen y generaciones van y José Emilio que fue un niño preguntón
y molesto (según él) sigue interrogándose, interrogándolos, interrogándonos y
sintetiza las principales noticias del mundo para crear nuevas formas de
comunicación. Para él la primera, la esencial, es la lectura silenciosa. “Me
gusta que la poesía sea la voz interior, la voz que nadie oye, la voz de la
persona que la lee. Así el yo se vuelve tú, el tú se transforma en yo y del
acto de leer nace el nosotros que sólo existe en ese momento íntimo y pleno de
la lectura”. (Fragmento)[2]
REFERENCIAS
[*]
Poemas del Alma José Emilio Pacheco. Inmemorial Disponible en:
[Consultado:
27/01/2014/, 23:31]
[1] José
Emilio Pacheco [En Línea] Disponible en:
http://amediavoz.com/pacheco.htm#ALTA
TRAICIÓN [Consultado: 27/01/2014, 23:18]
[2] La
Jornada en Línea. José Emilio Pacheco y los jóvenes / Ensayo de Elena
Poniatowska,
Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/01/26/jose-emilio-pacheco-y-los-jovenes-3101.html
[Consultado 27/01/2014, 23:39]
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